La arquitectura es el arte o ciencia del diseño del entorno construído; incluso ciudades, los edificios, los interiores, el paisaje, los muebles, los objetos, etc. Es el arte de proyectar y construir edificios. Está considerada una de las Bellas Artes.
Según el tratado más antiguo que se conserva sobre la materia, De Architectura, de Vitrubio, s. I A. de C., la arquitectura descansa en tres principios: la Belleza (Venustas), la Firmeza (Firmitas) y la Utilidad (Utilitas);
la arquitectura se puede definir como un equilibrio entre estos tres
elementos, sin sobrepasar ninguno a los otros. No tiene sentido tratar
de entender un trabajo de la arquitectura sin aceptar estos tres
aspectos. Sin embargo, a lo largo de la historia no resulta extraño que
las distintas civilizaciones, culturas o estilos hayan dado preeminencia
a uno de estos tres principios en detrimento de los dos restantes. Así,
por ejemplo, la arquitectura de la Antigua Grecia hace más hincapié en
la belleza que en la utilidad o función, mientras que la Roma antigua
destacó por su utilitarismo. La arquitectura contemporánea es buen
ejemplo del predominio de la utilitas (funcionalidad) sobre el aspecto, es decir, la decoración y belleza de los edificios.
También según Vitrubio: La
arquitectura es una ciencia que surge de muchas otras ciencias, y
adornada con muy variado aprendizaje; por la ayuda de que un juicio se
forma de esos trabajos que son el resultado de otras artes. La práctica y
la teoría son sus padres. La práctica es la contemplación frecuente y
continuada del modo de ejecutar algún trabajo dado, o de la operación
mera de las manos, para la conversión de la materia de la mejor forma y
de la manera más acabada. La teoría es el resultado de ese razonamiento
que demuestra y explica que el material forjado ha sido convertido para
resultar como el fin propuesto. Porque el arquitecto meramente práctico
no es capaz de asignar las razones suficientes para las formas que él
adopta; y el arquitecto de teoría falla también, agarrando la sombra en
vez de la substancia. El que es teórico así como también práctico, por
lo tanto construyó doblemente; capaz no sólo de probar la conveniencia
de su diseño, sinó igualmente de llevarlo en ejecución.
Otra forma de referirse a la arquitectura sería la de definirla
como el arte de «encerrar el espacio». Un espacio que se acota y se
cierra para darle otro uso. El acotamiento del espacio resulta
relativamente sencillo, el problema es el cubrirlo en su parte superior;
este es el gran reto para los arquitectos: la cubierta; porque ella
puede determinar todo el resto del edificio.
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