Estoy segura que al mirar los dos cuadros os preguntareis que tienen ambos personajes en común. Ambos posan mostrando planos de iglesias como puede adivinarse por su planta. El primero ya lo conoceís, es Sir Christofer Wren, el arquitecto británico que muestra los planos de la Catedral de San Pablo en Londres, su obra maestra y donde reposa a la espera de la resurección de los muertos.
El segundo, es menos conocido, es el vallisoletano D. Luis de Salcedo y Azcona, fue arzobispo de Sevilla entre 1723
y 1741, fue un gran mecenas enriqueciendo, de su bolsillo la capilla
de la Virgen de la Antigua de la que era muy devoto, enriquecio San Luis
de los Franceses. pero su gran aportación a la historia del arte, fue la financiación del conjunto monumental de Umbrete -el Castelgandolfo de la Curia hispalense-, formado por el Palacio Arzobispal y la aledaña Iglesia de Nuestra Señora de Consolación, debidas ambas a las trazas de Diego Antonio Diaz.
Las obras comenzaron en el año de 1723 cuando de
Salcedo y Azcona tomó posesión del Arzobispado de Sevilla y ordena a D Diego Antonio Díaz, maestro mayor de fábrica, que haga los planos del Palacio para
residencia y lugar de descanso de arzobispos y venerables sacerdotes. El
diseño del edificio recuerda bastante en su estructura y forma al
Palacio Arzobispal de Sevilla y se une a la Parroquia por un bello arco
cuya función era permitir el paso, cuando se encontraba de visita en la
villa, del Prelado y su séquito hacia la iglesia por la puerta del
presbiterio.El retrato es obra de Domingo Martínez, que fue maestro de Lucas Valdes.
Fue
el pintor principal dentro de la esfera local de la ciudad en la
primera mitad del XVIII, prueba de ello son los encargos que recibió del
Arzobispo de Sevilla para realizar diferentes pinturas destinadas a la Catedral y a la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación de Umbrete. La estancia de la corte de Felipe V en Sevilla durante el periodo 1729-1733, le resultó muy favorable, pues
entró en contactó con pintores franceses que estaban al servicio de la
misma, como Jean Ranc y Van Loo. Esta influencia de la pintura francesa esta presente en su obra, aunque su estilo es heredero directo del de Murillo. Fue el mismo Jean Ranc quien lo propuso a Felipe V como pintor de la
corte, cuando esta se trasladó de nuevo a Madrid. Sin embargo Domingo
Martínez, no aceptó el ofrecimiento y permaneció en Sevilla.
Entre sus discípulos se encuentran Andrés de Rubira, Pedro Tortolero y Juan de Espinal. Este último pintor se casó en 1724 con su hija Juana Martínez y heredó
el taller familiar, convirtiéndose en cierto sentido en su continuador y
en el pintor de referencia en la Sevilla de la segunda mitad del siglo
XVIII.
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