LE CORBUSIER: VILLE SABOYE, 1928 - 1930


 La casa Savoye o Villa Savoyees considerada como el paradigma de la Arquitectura Internacional y de la nueva manera de construir edificios de viviendas del siglo XX (junto con la Casa Farnsworth de Ludwig Mies van der Rohe y la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright), así como de los Cinco Puntos para una nueva Arquitectura desarrollados por el propio Le Corbusier, que consisten en:
* Edificio que descansa sobre pilotis (columnas) en planta baja, dejando la superficie en su mayoría libre para permitir que el paisaje quede autónomo del edificio.
* Cubierta plana, sobre la que se sitúa un jardín.
* Espacio interior libre, debido a la estructura basada en pilares y tabiques.
* Fachada libre de elementos estructurales, de forma que puede diseñarse sin condicionamientos.
* Grandes ventanas alargadas en las fachadas para conseguir una profusa iluminación natural en el interior (fenêtre en longeur).   

 


  
Una de las obras más representativas del maestro Le Corbusier (para los amigos Charles Édouard Jeanneret-Gris, suizo nacionalizado francés) es una de las pinceladas del Movimiento Moderno que dejó el gran arquitecto en el territorio francés, aparte de considerarse una joya de Arquitectura Internacional.
La Villa, acabada para la familia Savoye (un matrimonio con hijos) en 1929 (cuando Estados Unidos estaban en pleno hundimiento moral y económico), se llegó a considerar patrimonio arquitectónico por los franceses y en gran parte gracias a esto hoy en día se encuentra restaurada después de varios ataques de guerra y mal estado de conservación que sufrió los años posteriores.




El edificio se presenta como un conjunto de formas geométricas que a simple vista pueden crear la errónea idea de simplicidad. Según el propio Le Corbusier, la idea era de una caja flotante en el aire, sensación que realmente puede provocar el corpus de abajo, todo vidrioso, sin ninguna función estructural. Pero esta idea equivocada desaparece al fijarse en la estructura: de pilares metálicos descubiertos, a la vista. Para entender mejor este juego de formas y el porqué de la idea del arquitecto, se tiene que tener en cuenta que en este edificio quiso incrustar sus propias ideas innovadoras para la Nueva Arquitectura, la básica de las cuales es la estructura de pilares. Esto deriva en que la distribución interior podría ser libre, basándose en tabiques, y la fachada no tendría que sufrir ningún tipo de condicionamiento, pudiendo ser diseñada libremente. 

 

Por este motivo, la fachada permitió la inclusión de unas largas ventanas horizontales, para cumplir con otro de los propósitos del genio, aumentar al máximo la iluminación natural. Inicialmente pensada en colores más oscuros (verde fuerte – verde nº2 – gris fuerte), se decidió por recubrirla en pintura blanca (hecho que da una luminosidad envidiable tanto al interior como al exterior del edificio). Aún así, los colores escogidos sirvieron para otras partes como la planta baja.
Dichas pinturas no sólo se traducían como un hecho artístico, parte del estilo de Le Corbusier (su concepto de “polychromy”, su famoso: “El color es la inmediata, espontánea expresión de la vida.”), sino también como un elemento protector frente a agentes externos.Durante el recorrido por todo el edificio, lo que más salta a la vista es la gran cantidad de luz que inunda las estancias. El efecto fue conseguido, aparte de los trucos ya nombrados, a través de originales formas de ventanas y aperturas en las paredes, escalera de caracol y otras genialidades del arquitecto.
La cubierta, plana y ajardinada a trozos, rompe con la supuesta simplicidad mostrando sus formas asimétricas, entre las cuales hay un solarium, una mesa exterior y unas vistas descubriendo el paisaje de Poissy junto al río no muy lejano.

 
 





















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