(...)y se puso a reír porque habían
atribuído formas humanas a los
dioses y los habían fabricado
con materiales perecederos.
Diodoro de Sicilia
La representación de lo divino ha sido desde siempre un tema de gran
importancia en la historia de la religión. ¿Es posible adorar a los
dioses a través de imágenes que los representen? ¿o, próxima a la
superstición, es la imagen misma la que se convierte en objeto de culto?
Las diferencias de opinión respecto a esta cuestión se reflejan en la
alternativa que con diferentes variantes dictan normas que prohiben o no
la representación de lo divino. La icnoclastia es el rechazo a la veneración de las imágenes. Fue practicada en los primeros siglos del cristianismo y en el Islam es una práctica habitual dentro del mahometismo.
En síntesis, en lo que respecta a lo religioso, se denomina iconografía a
la representación de lo divino en forma visual, mediante dibujos,
pinturas o estatuas (íconos). La Iglesia ortodoxa oriental y la católica
defiende la utilización de estas imágenes siempre que se considere que
la adoración no está dirigida a la imagen sino a lo que representa.
LOS ICONOS EN LA IGLESIA ORTODOXA
En la tradición cristiana ortodoxa las imágenes religiosas pintadas que
representan a Cristo, la Virgen María, ángeles o a los santos, reciben
simplemente el nombre de íconos. Estas imágenes, de rasgos estéticos
particulares, en donde predomina el dorado y la figuración plana, son
característicos de la Iglesia bizantina, la Iglesia ortodoxa griega y
rusa. Se han utilizada para la veneración desde el siglo V.
ICONOGRAFIA HINDÚ
No es posible hablar de iconografía religiosa sin mencionar la
diversidad que ofrece el hinduísmo en este sentido. En efecto en la
religión hinduista, la iconografía tiene un importante papel. Todas sus deidades son
representadas de variadas formas a través de esculturas y pinturas,
incluyendo además otros símbolos auxiliares. La prolífica mitología hindú, demanda la utilización de interesantes imágenes que poseen elementos
específicos de la deidad, tales como número de caras, brazos, objetos
así como también elementos asociados.
En algunos templos, las imágenes reciben un tratamiento muy especial.
Así como en el cristianismo, el vínculo del creyente con la imagen es de
naturaleza simbólica (se suelen ofrecen ofrendas y procesiones que las
tienen como centro de referencia), en el hinduismo, las deidades tienen un trato más real y personal: son despertadas por la mañana, bañadas, vestidas y acostadas por la noche.
IDOLATRÍA
De acuerdo a algunas interpretaciones, la adoración de las imágenes
religiosas es considerada “idolatría”. El problema de la “idolatría” es
pues un tema recurrente del Antigup Testamento.
En efecto, los dos primeros mandamientos prohiben explícitamente el
culto dioses distintos de Yavhé, o la fabricación de cualquier
representación de la divinidad. Así, en diferentes episodios, se lucha
contra los ídolos, especialmente cuando Moisés, desciende del monte Sinaí con las tablas de la ley:
o abajo en la tierra, o en las aguas de bajo de la tierra. No te postrarás ante ellas”
(Éxodo 20,4-5)
Pese a esta prohibición, se estima que los hebreos utilizaban objetos
como los terafim y efod (estatuillas de madera a las que se les rendía
culto, práctica tal vez influida por las tradiciones egipcias):
(Libro de Jueces)
Aguanta a los niños pequeños. Ford Madox Brown (1821 -1893)
Y es sabido además que se han encontrado imágenes en sinagogas, frescos y
mosaicos (Bet-Alfa, Yeras, Narra, Dura y otras). Del mismo modo, en las
tumbas judías de Roma, se han encontrado adornos con imágenes. El
cristianismo, heredó la prohibición del judaísmo, que se mantuvo hasta
el siglo II d.C. Pero en el siglo IV, fueron permitidas en principio
como meros adornos (no como objetos de culto) aunque poco a poco, éstas
fueron ganando relevancia. Efectivamente, la religiosidad popular les
atribuía milagros. La Iglesia finalmente no solo permitió sino que
finalmente favoreció el uso de la iconografía. Esta fue así justificada
por Ambrosio y por Agustín, destacando que la oración no se dirigía a la
imagen sino a la deidad representada.
El protestantismo, por el contrario, no promueve la veneración imágenes
por considerarlas formas de idolatría. Tampoco el Islam permite la
representación de dios o de los profetas.
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