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LAS MENINAS: LOS PERSONAJES

Las meninas es el nombre con el que se concían a los acompañantes de los niños reales en el siglo XVII.La cruz de Santiago que el pintor luce en su vestimenta fue añadida potumamente por orden de Fernando IV, demostrando su gratitud por los servicios prestados en la Corte durante tantos años.  Las Meninas es, pues, un ejemplo de como Velázquez  hizo un arte noble y liberal.



Diego de Velázquez se formó en el ambiente contrarreformista español. No obstante, su aprendizaje no se limitó a la estética española: sus viajes a Italia supusieron para él un afán de superación y riqueza estética. Así, sus cuadros reflejan la influencia de Caravaggio, Tintoretto o Tiziano, evolucionando su pintura a partir de los conocimientos y la práctica adquirida durante 3 años en Italia.
En los últimos años de su vida, creó la obra que tenemos ante nosotros y una de las más famosas del arte universal: Las Meninas.
Los personajes que aparecen se hallan todos documentados menos una. La escena transcurre en una de las estancias del Alcázar de Madrid. La infanta Margarita (1) se encuentra en el centro de la composición, un factor que, junto a la luminosidad que le ha dado el pintor, la convierte en el personaje más relevante del cuadro. A sus lados, Isabel Velasco (2) y Agustina Sarmiento (3) son las “meninas”, junto a las que se encuentran los enanos de la corte: Mari Bárbola ( 4 ) y Nicolasito Pertusato ( 5 ), este último molestando con su pié a  un perro de compañía, presumiblemente un Mastín del Pirineo. en actitud lúdica con el perro que hay a sus pies. En un segundo plano, en la penumbra, vemos a Marcela de Ulloa (6) y a un guardmás de nombres desconocido (7).
A la izquierda aparece el autorretrato de Velázquez, realizando su labor como pintor de la corte y, al fondo
de la estancia, se encuentra José Nieto, aposentador de la reina, en una posición que destaca por ser el centro de la perspectiva del cuadro.
Finalmente, podemos ver dos personajes más de máxima importancia: en la pared del fondo, junto a la puerta, se reflejan en el espejo las figuras de Felipe IV y Mariana de Austria. Si no fuera por el toque de luz que el pintor da al espejo no repararíamos en ellos, e incluso parece que sea un cuadro más dentro de la estancia.
Este juego visual, un tanto enigmático, nos permite obtener más información de las personas que hay en el
espacio representado. Los personajes El espacio Velázquez nos presenta en esta obra la intimidad del
Alcázar y con su maestría nos hace penetrar en una tercera dimensión. Con la escena que muestra inmortaliza
un solo instante de la vida cotidiana de sus personajes.



Las opiniones sobre qué pinta Velázquez son muy diversas. Soehner, con bastante acierto, considera que el pintor nos muestra una escena de la corte. La infanta Margarita ( 1 ) llega, acompañada de su corte, al taller de Velázquez para ver como éste trabaja. Nada más llegar ha pedido agua, por lo que María Sarmiento ( 3 ) le ofrece un búcaro con el que paliar su sed. En ese momento el rey y la reina (10 y 11 ) entran en la estancia, de ahí que algunos personajes detengan su actividad y saluden a sus majestades, como Isabel de Velasco ( 2 ) . Esta idea de tránsito se refuerza con la presencia de la figura del aposentador al fondo ( 8 ) , cuya misión era abrir las puertas de palacio a los reyes, vestido con capa pero sin espada ni sombrero. La pequeña infanta estaba mirando a Nicolasito ( 5 ) , pero se percata de la presencia de sus regios padres y mira de reojo hacia fuera del cuadro. Marcela Ulloa ( 6 ) no se ha dado cuenta de la llegada de los reyes y continúa hablando con el aposentador, al igual que el enano ( 5 ) , que sigue jugando con el perro.
 La luz y la atmósfera del cuadro son la consecuencia del dominio y el genio artístico del pintor sevillano.
Velázquez se representa pintando a los reyes, cuya imagen se refleja en un pequeño espejo, en el fondo
de la escena. Su mirada es atenta y meticulosa porque quiere atrapar cada detalle de sus majestades.
Como espectadores, tenemos la sensación que Velázquez nos está mirando. Nos sentimos observados
porque nuestra visión de la escena es la misma que la que tienen los reyes que están siendo retratados.
Este gesto de Velázquez confirma la importancia que en aquel momento adquiere la figura del pintor
en la corte (protagonista en un retrato real). Además, da un paso importante en la representación
del mundo real a través del arte, ya que consigue integrar el espacio del espectador (nuestra mirada)
con el espacio representado (la mirada de los reyes).
La mirada Velázquez nos mira fijamente Lo más original de Las Meninas es el juego de miradas y espejos
que contiene, un efecto habitual en el arte Barroco. La instantaneidad del momento se puede ver en los gestos
de los personajes, que parecen haber sido alertados por la llamada de alguien exterior a la escena.

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